De nuevo en lo que concierne a Mélenchon y a la Francia insumisa

Militantes o antiguos militantes estiman que nuestra actitud ante Mélanchon es sectaria. Poco importa si nuetras criticas les parecen justas o pertinentes. Según ellos, seríamos más eficaces y para “tener peso”, deberíamos “acompañar” el movimiento “insumiso”, entonces, hubieramos tenido que llamar incondicionalmente al voto a favor de Mélanchon. Un viejo dicho marxista dice : « más  vale un paso adelante que una docena de programas ». Está por saber en que dirección avanza Mélenchon. En lo que a nosotros nos concierne, hemos apoyado, entre las dos vueltas de la elección, a la base “insumisa” quien militó para el “Ni-Ni “ y nos negamos a aullar con los lobos cuando Mélanchon se rehusó a invitar personalmente a votar por Macron, sabiendo que se estaba escabuyendo. Al mismo tiempo, su “partido de izquierda” llamaba, bajo el agua, a votar por  Macron.

En ruptura con el movimiento obrero

Hasta ahora, la FI no es ni un partido, ni un movimiento, ni una coalición (a diferencia de Syriza) y no se reclama tampoco de “la izquierda radical”. Mélanchon lo admitió : la FI es un movimiento. Mélenchon intenta claramente orientarlo en contra del movimiento obrero y la lucha de clases, después de haberlo parasitado. “Chauvinismo” con hedor xenofobo e islamofobo. Mélanchon renuncia al uso del término “camaradas” y al canto de “la Internacional” a favor de “la Marsellesa”, marcando esa ruptura con el movimiento obrero en nombre de “ la fuerza del pueblo”de “la era del pueblo”, del “interés general humano” y otras fórmulas huecas. Todo eso revela una evolución hacia la derecha. ¿será esa evolución irreversible? Lo veremos. Es muy importante subrayar su imperialismo, bajo los rasgos del “francocentrismo” y una postura “anti USA”. En el 2011, Mélanchon sostuvo la intervención de Sarkosy en Libia. En 2015, apoyó la intervención de Poutine en Syria, y luego los bombardeos de Alep. Recientemente, se pronunció por una coalición universal en Syria a favor de la repartición de ese país entre rapaces imperialistas : USA, Francia y  Rusia. Igualmente, propuso una conferencia internacional para rediseñar, a espaldas de los pueblos, las fronteras de Europa del Este, particularmente en Ukrania.

Medidas anti-obreras e institucionales en el programa

Su programa contiene medidas, por un lado, para romper el Seguro Social basado en las cotisaciones (salario indirecto o diferido) y por el otro, para imponer nuevas fórmulas de trabajo precario. Asimismo, recomienda restablecer el servicio militar obligatorio. El cambio democrático que ha propuesto consiste en una asamblea constituyente, paralelamente al parlamento actual y a la presidencia de la República. Una asamblea constituyente...dentro del marco de la 5° República. Una asamblea constituyente donde parte de los representantes serían... sorteados.

¿Francia institucional ?

Pero lo que más debe llamar nuestra atención es su actitud actual frente a Macron. Durante las elecciones legislativas, pide elegir una mayoría de diputados “isumisos” para establecer un gobieno de cohabitación con Macron, en el marco de la 5° República, donde la última palabra incumbe siempre al Presidente. De tal forma que cuando Jospin fue primer ministro del presidente de derecha  Chirac, tuvo que renegar gran parte de sus promesas y procedió a numerosas privatisaciones, dando un frenazo a los salarios; se negó a intervenir y enfrentar los planes de despido en las grandes empresas. Si hubiera intentado llevar a cabo otra política, Chirac hubiera podido rehusar y promulgar sus leyes o disolver de nuevo la Asamblea Nacional. Jusgado responsable de medidas impopulares, Jospin fue eliminado desde el primer turno de las elecciones presidenciales del 2002 y Chirac fue preservado y luego reelecto. “Batallando “ en favor de la cohabitación con Macron, Mélanchon lo inviste y la legitima. Macron, es jefe ilegítimo porque es minoritario y es minotario por ilegítimo. Mélanchon queda, por tanto, a años luz del cambio de república que tanto vanaglorió.

En el instante en que escribimos éste artículo, el avance electoral de Mélanchon es una llamarada de petate,  ya que su estrategia “institucional” se queda en un callejón sin salida. Mélanchon no es el centro del mundo. Desde el primer turno, una fuerte corriente  abstencionista obrera y popular de rechazo se afirmó y dió cuerpo a un muy potente “Ni-Ni”, en el segundo turno que refleja la toma de consciencia de amplias capas de asaliarados y de jovenes que aprenden a contar primero con sus proprias fuerzas, buscan una salida en la acción independiente de clase y de masas. Es esa la tendencia que apoyamos. ¡Que viva la unidad y la independencia de los trabajadores !





Publicado el viernes 19 de mayo 2017